Especiales · 08. junio 2015
El reloj acaba de marcar las 6 horas en punto. Aun hay varias luces que iluminan la calle. La lluvia se ha ido y en su paso ha dejado las calles como si fueran un "espejo", literalmente hablando. Allí mismo se refleja el rojo de un semáforo próximo a cambiar de color. Hay solo uno que otro vehículo y los locales aun están con las puertas abajo, aseguradas por varios candados. Pero las personas ya están despiertas, algunos solo esperaban que "escampe" mientras el olor a pan recién sacado...